Generosidad o intercambio comercial

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Hay que distinguir entre lo que es la generosidad y lo que es un simple intercambio comercial. El lenguaje con frecuencia genera confusión y es importante matizar. Vamos a imaginarnos que esta botella de agua es mía. Supongamos que tú no tienes agua y yo te sirvo. Hace calor, tienes sed, no tienes agua. Sonríes. Estás contenta porque tienes más agua. Yo también estoy feliz. Poco después, han cambiado las cosas. El agua la tienes tú. Yo no. Estoy esperando pero tú no me das agua. Así que yo me enfado. Eso no fue generosidad, fue un intercambio comercial. Yo di porque esperaba en algún momento recibir.

¿Quiere eso decir que si me das un poquito de agua no me va a gustar? Todo lo contrario, me va a encantar. Pero lo que importa es si compartí mi agua contigo porque esperaba que en un futuro también tú lo hicieras o porque con mi gesto esperaba poderte ayudar, aunque fuera mínimamente, a ser más feliz. La segunda actitud la mayor parte de las veces, no siempre, provoca en el beneficiado por mis actos, de manera natural, el deseo de hacer lo mismo. El deseo de ayudarme a mí.

Del mismo modo, la verdadera generosidad en una pareja, algo muy difícil pero a lo que uno debe tender, si es verdad que ama, es estar dispuesto a dar el 100% de su cariño aunque el amado dé un 0%. Quiero pensar que lo más bello ante tu pareja no es estar con ella porque la quieres, sino estar con ella para quererla. Es tal ver el momento de recordar las palabras de Paolo Coelho: ”Quiéreme cuando menos lo merezca porque es cuando más lo necesito”. En ese momento en el que somos como un fuego, las otras personas pueden echar agua o echar gasolina (Dr. MARIO ALONSO PUIG, La respuesta).

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