“Sólo cuando una persona tiene realmente en cuenta los sentimientos y las necesidades de otras personas y además, busca ayudarles a crecer y evolucionar podemos hablar de un verdadero líder. El líder ha de cruzar un umbral, el de su propio egoísmo, el de su propio temor a que si ayuda a otros a progresar, su propio poder puede quedar en jaque.
No puede crearse un verdadero Liderazgo, si no somos conscientes de que la generosidad es la base de la cooperación y esta es la esencia de la grandeza. Dar a otros, primero “raíces para crecer” y después “alas para volar” es la expresión de un verdadero líder, alguien que ayuda a que el tú y el yo, puedan transformarse en un nosotros, de la misma manera que el oxígeno y el hidrógeno cuando se encuentran, se transforman en algo nuevo que es el agua, fuente de la vida. (…)
¿Realmente nos interesamos por lo que sienten y necesitan los demás? ¿Verdaderamente es su crecimiento y evolución como personas y profesionales una prioridad para nosotros? ¿Nos alegramos de sus triunfos o nos angustian que brillen más que los nuestros? ¿Les damos la posibilidad de que intenten cosas nuevas, cometan errores y puedan aprender de ellos, o usamos sus errores para justificar ante nosotros mismos, que tenemos que seguir siendo nosotros los que tomemos las decisiones?”(Dr. MARIO ALONSO PUIG, Madera de líder).